Foto: Arantxa Boyero Lirón

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Museo Museo Nacional de Antropología
Inventario CE3189
Clasificación Genérica Escultura; Objetos rituales
Objeto/Documento Altar
Materia/Soporte Madera
Escayola
Paja
Pintura
Técnica Tallado
Policromado
Dorado
Dimensiones Altura = 75 cm; Longitud = 72 cm; Anchura = 36 cm
Descripción Altar de madera. Sobre una base o podio escalonado, la diosa Durga con diez brazos va a horcajadas sobre un león, su montura, y en actitud de dar muerte a Mahisa, demonio-búfalo, preside la composición. A su derecha, la diosa Laksmi y el dios Ganesa con cabeza de elefante. A su izquierda, la diosa Sarasvati y el dios Kartikeya. El conjunto escultórico se remata en la parte superior con un panel pictórico semicircular que representa diversas escenas de la vida de Siva y su esposa Parvati en su encarnación como Durga.

Entre la multiplicidad de dioses y diosas del hinduismo se encuentra la diosa Durga, cuyo culto es uno de los más populares en India. Su nombre está asociado a la leyenda de Durga y el demonio búfalo Mahisa. Una guerra sostenida por los dioses de la mitología hindú, guiados por Indra frente al genio Mahisa, demonio o antidios, tuvo por resultado el triunfo de éste, que expulsó a los dioses, usurpándoles su reino. Los dioses vagaron por la tierra hasta que, bajo la iniciativa de Shiva y Vishnu, concentraron sus poderes en una nueva diosa, Durga, quién con un león por montura y provista de las armas que le concedieron los otros dioses, luchó con su ejército para acabar con la figura del demonio Mahisa. En cada una de sus manos la diosa llevaba un arma diferente: el tridente de Shiva, el disco de Vishnu, el dardo de Agni, el arco de Vayu, el carcaj de Surya, el rayo de Indra, la maza de Kuvera, la espada de Kala, el hacha de Visvakarma y el rosario y jarra de Brahma. El demonio, durante la batalla, adquirió diversas formas, hasta que, herido y desvalido, adoptó la de un búfalo. Cortada por Durga la cabeza del búfalo, Mahisa trató de escapar de su disfraz y fue entonces cuando recibió la muerte abatido por el tridente de la diosa. De esta forma le fue restituido el cielo a los dioses, siendo Durga venerada como representante del triunfo de dios sobre el demonio.
En esta pieza la imagen de Durga y sus cuatro hijos se enmarcan en un frontispicio semicircular (chalchitra) donde aparecen pintadas varias divinidades. El aspecto final de la obra es similar a los pasos procesionales, que reciben el nombre de pujo. Cada una de las capas de la población se ve reflejada en estas obras; los sudras son representados por el dios Ganesh, símbolo del trabajo y del éxito; Lakshmi encarna la riqueza, representando a los vaishyas; Karttikeya es la personificación de la fuerza y del poder propio de los kshatryas, y, por último, los brahmanes se ven representados por Saraswati, la diosa del estudio. Durga en el centro físico de la composición, simboliza el poder divino central, el equilibrio entre las distintas fuerzas. La ejecución de este tipo de imágenes está regulada por una serie de normas recogidas en el Sri Chedi del Mârkandeya Purana.
Cada año, hacia los meses de septiembre u octubre, en la época de recogida de las cosechas se celebran en India numerosas fiestas dedicadas a la diosa y a las que se denomina Durga Puja. La celebración dura varios días y culmina en una procesión en la que imágenes de la diosa, elaboradas especialmente para la fiesta, son conducidas hasta un río o estanque donde serán sumergidas en una ceremonia denominada vijaya. Durante los días que duran los festejos, los bengalíes agasajan a la diosa, que retorna a su hogar tras una larga ausencia. Con su regreso se enciende la fe popular y, sobre todo, vuelve a la memoria de los habitantes del Ganges el recuerdo de su propio origen, el mito de la reintegración con el invasor ario y el triunfo definitivo del poder femenino y del mundo agrario. El regreso de Durga se repite año tras año, como la llegada de las lluvias del monzón, como la cosecha, dando comienzo a un nuevo ciclo vital.
Mediante este ritual la diosa proporciona la energía necesaria para fertilizar los campos. Se ofrecen frutas, plantas y cinco tipos de granos, así como boñiga de vaca -uno de los elementos mas sagrados de la tradición india- y el llamado navapattrika, que consiste en nueve plantas diferentes. Su culto va también acompañado del sacrificio de animales, algo poco común en el hinduismo y que es exclusivo de los ritos vinculados a la energía femenina. La sangre es símbolo de fertilidad, de la cosecha y por ello en el Durga Puja la sangre se deja correr por la tierra. También los tres días que dura la fiesta se relacionan con la duración de la mestruación, mientras que el baño final se considera un baño lustral postmenstrual. La identificación de Durga con la tierra se manifiesta también a través de otros rituales, como el riego de la imagen de la diosa con agua o la ofrenda de productos agrícolas.
Datación 1801=1900 (Siglo XIX)
Contexto Cultural/Estilo Asia Meridional
Hinduismo
Lugar de Producción/Ceca Bengala Occidental (India, Asia Meridional)
Lugar de Procedencia India(Asia Meridional, Asia)
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Foto: Arantxa Boyero Lirón

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